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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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28-02-2012

 

 

 


 

 

 


¿Para qué sirven los sindicatos?

SURda

 

Economía

 

Ramón Trujillo





Las malas condiciones salariales suelen reflejar el escaso poder de la gente trabajadora. Menor poder sindical y político suponen menor participación en la renta. Quienes trabajan y quienes aspiran a hacerlo deben saber que su salario y su nivel de vida guardan relación con su propia implicación sindical y política. Que quien no hace la historia la padece.
La gente trabajadora organizada en sindicatos consigue mejores salarios y mayor participación en la renta. Un informe de la Organización Internacional del Trabajo señala que, de 1995 a 2007, por cada aumento del 1% en el PIB por habitante, se produjo un aumento de los salarios del 0.65%, en los países con menor porcentaje de trabajadores cubiertos por la negociación colectiva, y del 0.87% en los estados con mayor cobertura [i] .
Otro estudio, referido a 33 países, mostró que, cuando menos del 15% de la fuerza laboral de un país está afiliada a sindicatos, el empleo de bajos salarios afecta al 24.6% de la población ocupada. Sin embargo, cuando el porcentaje de trabajadores afiliados a sindicatos supera el 50% del total, los bajos salarios afectan al 12.3% de las personas con empleo [ii] .
Se consideran trabajadores de bajos salarios quienes ganan menos de dos tercios del salario mediano por hora. John Schmitt, economista del Center for Economic and Policy Research de Washington, afirma, en un estudio en el que compara diecinueve de los estados más ricos de la OCDE, que la negociación colectiva es el factor más importante para evitar los bajos salarios. Por el contrario, el crecimiento económico por persona no es relevante para explicar la proporción de empleo de bajos salarios existente en un país. De 1980 a 2010, hay niveles de crecimiento económico muy similares en países con tasas de empleo de bajos salarios muy diferentes. Por ejemplo, el crecimiento anual promedio del PIB, durante esas tres décadas, ronda el 2% anual en Finlandia, Noruega, España y Reino Unido, pero los bajos salarios incluyen al 8.5% y al 8%, respectivamente, de los trabajadores de los dos primeros países y al 15.7% y al 20.6% de la fuerza laboral de los dos últimos [iii] .
Si comparamos los cinco estados con mayor proporción de empleo de bajos salarios con los cinco estados con menor proporción de este tipo de empleo, incluidos en la muestra de diecinueve estados ricos de la OCDE de Schmitt (seleccionados por la disponibilidad de datos), constataremos que la negociación colectiva abarcaba a una media del 37.2% de los trabajadores de los cinco estados con mayor implantación del empleo de bajos salarios (desde el 13.3% de cobertura en Estados Unidos al 62.8% de Alemania). Este tipo de empleo afectaba del 24.8% de los trabajadores estadounidenses al 20.2% de los alemanes.
Por su parte, en los cinco estados con menor implantación del empleo de bajos salarios, la negociación colectiva cubría al 86% de la fuerza laboral (del 96% de cobertura en Bélgica al 74% en Noruega). Este tipo de empleo afectaba del 11.1% de los trabajadores franceses al 4% de los belgas. De modo que, no son las diferencias de renta por habitante, ni el crecimiento del PIB por persona, la explicación del alcance del empleo de baja calidad. En realidad, los datos muestran que la fortaleza de los sindicatos y la negociación colectiva son esenciales para evitar la degradación del empleo [iv] .
Asimismo, el grado de influencia de los sindicatos parece estar vinculado con el tipo de gobierno que ha prevalecido a lo largo del tiempo. En un informe sobre la evolución del sindicalismo en veintiún países ricos se pone de manifiesto cómo el poder sindical se ha preservado en los estados gobernados por la socialdemocracia y cómo se ha deteriorado en los gobernados por liberales.
De 1980 a 2007, en los estados gobernados principalmente por los socialdemócratas (Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia) la cobertura de la negociación colectiva se incrementó en 5 puntos porcentuales y las tasas de afiliación sindical cayeron 5 puntos porcentuales. En los estados de economía de mercado liberales (Australia, Irlanda, Nueva Zelanda, Canadá, Estados Unidos, Japón y Reino Unido) la cobertura de la negociación colectiva cayó 26 puntos porcentuales y la tasa de afiliación 23 puntos [v] .
El informe de Schmitt y Mitukiewicz, sobre los cambios producidos en las tasas de sindicalización de los países ricos, excluye a la globalización como causa. Pues mientras que Estados Unidos y Japón poseen la menor cobertura de la negociación colectiva y el menor peso de la suma de las importaciones y las exportaciones en el PIB (indicador del grado de globalización), estados como Bélgica, Suecia o Dinamarca multiplican el alcance, tanto del porcentaje de trabajadores cubiertos por la negociación colectiva, como del peso de las importaciones sumadas a las exportaciones en el PIB [vi] .
En suma, lo que nos muestran los datos de la realidad es que, la mayor o menor incidencia del empleo de bajos salarios, no se explica por el mayor o menor nivel de riqueza de un país, ni por su mayor o menor crecimiento económico. El factor clave es el poder que los trabajadores pueden ejercer para obtener una parte mayor de la tarta. Y, para ello, es fundamental el papel de los sindicatos y de las formaciones políticas comprometidas con la calidad del empleo y la redistribución de la renta. El empleo de calidad nunca se ha producido por generación espontánea, sino como resultado de luchas sindicales y políticas. Ramón Trujillo, coordinador de Izquierda Unida en Tenerife.
[i] Organización Internacional del Trabajo, Informe mundial sobre salarios 2010/2011: políticas salariales en tiempos de crisis , OIT, Santiago de Chile, 2010, p. 59.
[ii] Organización Internacional del Trabajo, op. cit. , p. 62.
[iii] John Schmitt, Low-wage Lessons , Center for Economic and Policy Research, Washington, D. C., enero de 2012, págs. 3 y 1.
[iv] Los datos de empleo de bajos salarios por países proceden de John Schmitt, op. cit. , p. 1; los de cobertura sindical por países provienen de John Schmitt, Alexandra Mitukiewicz, Politics Matter. Changes in Unionization Rates in Rich Countries, 1960-2010 , Center for Economic and Policy Research, Washington, D. C., noviembre de 2011, p. 5.
[v] J. Schmitt, A. Mitukiewicz, op. cit. , págs. 13 y 14.
[vi] J. Schmitt, A. Mitukiewicz, op. cit. , p. 8.



 
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